El dolor tras la pantalla

Autor Sofia Chacón Valverde

Liceo de San José

Cambiantes como los días

Son como fotografías

Mas todos consiguen distinguirlas

Un fastidio convertido en agonía

Que me persigue todos los días

Una simple imagen convertida en miles

Creando diferentes reacciones alrededor.

Miles de carcajadas convertidas en mi lagrimas

¡No hay misericordia ante estos humanos!

Trastornado de mi ante estos lados desolados

¡Mi corazón sufre y sufrirá después de tales actos!

Será la herida que llevaré hasta la eternidad

Nada lo va cambiar, jamás lo van a olvidar

¡Jamás volveré a ser igual!

Esto tiene que acabar

Pero no sé cómo hacerlo parar

¿Algún día terminara?

Mi dolor tras la pantalla nadie sabrá

Mientras otros ríen el dolor en corazón se quedará

¡Jamás volver a ser igual

Memeville

Autora: Tea Monge Sánchez

Liceo de San José

Había una vez un pequeño pueblo en Costa Rica llamado «Memeville», el cual era conocido por su amor y habilidad para crear memes ingeniosos y divertidos

Los habitantes de Memeville creían que los memes eran una forma de expresión cultural y social, que les permitía comentar sobre los temas importantes del lugar donde vivían de una manera divertida y accesible para todos. A menudo, los memes de Memeville se volvían virales, así, se compartían en todo el país.

Sin embargo, no todos en Costa Rica entendían la importancia de los memes y el impacto que provocan en la cultura popular. Algunos pensaban que eran una pérdida de tiempo o incluso ofensivos.

Un día, un grupo de políticos visitó Memeville para hacer una campaña para las próximas elecciones. Los habitantes de Memeville crearon memes ingeniosos que ridiculizaban a los políticos y los llegaron a compartir en línea.

Las personas del pueblo comenzaron a comentar de lo sucedido:

Zoé: ¿Vistes los memes que le hicimos a esos políticos y a sus campañas?

Zara: ¡Claro que los vi!, estuvieron demasiados graciosos (ríe), ¡ups!, ¡pero para los políticos no, porque se enojaron demasiado y sólo fueron unas cuántas bromas. ¡Qué varas!

Los memes se volvieron virales y pronto los políticos se dieron cuenta de la influencia que estos estaban teniendo en la sociedad. Fue tanta la influencia de los memes que, al principio, intentaron ignorarlos, después comenzaron a tomar medidas drásticas para detenerlos.

Los políticos Gabriel, Paula y Josué, quisieron censurar los memes y hacer que sus creadores fueran castigados. Sin embargo, los habitantes de Memeville no se dejaron intimidar y continuaron creándolos de forma graciosa y entretenida. Al final los políticos discutían sobre qué hacer con estos:

Gabriel: Creo que castigar al pueblo Memeville y a aquellos que hagan memes pueden ser algo extremo, ¡injusto ante la justicia!

Paula: Creo que ya no deberíamos estar tan cerrados con nuestros pensamientos y ante la evolución, debemos aprender de las diversas formas de comunicación utilizadas con las tecnologías actuales y de las nuevas generaciones que los implementan.

Finalmente, los políticos se dieron cuenta de que estaban perdiendo la batalla contra los memes y decidieron abrazarlos. Comenzaron a crear unos propios y a utilizarlos en su campaña. Los ciudadanos sorprendidos no dejaban de hablar de los memes de los políticos.

Esteban: ¡Wow! ¿Están viendo que los políticos están usando memes?

Zoé: Es verdad, al parecer vieron nuevas oportunidades con los memes, me gustan y, también, la nueva forma de pensar de los políticos.

Zara: ¡Es bueno! Ellos están aprendiendo a utilizar esta nueva herramienta para llamar la atención.

En las elecciones siguientes los memes se convirtieron en una herramienta importante para la campaña política y los políticos que mejor los utilizaron ganaron las elecciones.

Desde ese día, los memes se convirtieron en una parte importante de la cultura popular en Costa Rica y Memeville se convirtió en un lugar de peregrinación para los amantes de los memes de todo el territorio nacional. Tanto fue así que los habitantes se sintieron orgullosos de haberlos utilizado como medio de comunicación y de haber demostrado su importancia para el desarrollo de la sociedad costarricense.


La Iliada – Homero

La Ilíada es un poema de género épico que trata el asedio de la ciudad de Troya por los aqueos, para rescatar a Helena, esposa del rey Menelao, la cual fue raptada por Paris, príncipe troyano. Después de este hecho, se origina una guerra entre aqueos y troyanos.

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Está compuesto por un total de 24 cantos en los que se narran diferentes sucesos acaecidos durante el último año de la guerra de Troya, la cual se dilató durante un periodo de 10 años, especialmente, atiende a la cólera de Aquiles, guerrero griego que decide mantenerse al margen del conflicto después de enfadarse con Agamenón, líder del ejército aqueo que le arrebata a su esclava Briseida.

La Ilíada, junto a La Odisea, son epopeyas atribuidas a Homero. Los dos poemas suponen un compendio de textos tradicionales que habían sido transmitidos verbalmente por los rapsodas durante siglos.

Resumen de La Ilíada

Canto 1: La peste y la cólera

Tras nueve años desde el inicio de la guerra de Troya, conflicto bélico entre aqueos y troyanos, la peste irrumpe en el campamento aqueo.

Calcante, un adivino, asegura que la enfermedad no cesará a menos que Agamenón entregue a Criseida a Crises, su progenitor.

Cuando Agamenón cede a su esclava, rapta a Briseida, esclava de Aquiles, provocando así el enfado de éste. Entonces, Aquiles decide retirarse del campamento y Zeus apoya su decisión.

Canto 2 : El sueño de Agamenón y la Beocia

Zeus envía un mensaje a Agamenón por medio de un sueño para advertirle que debe seguir adelante con la toma de Troya.

Agamenón había decidido mandar a la población a sus respectivos hogares. Sin embargo, el éxodo cesa cuando se prepara para ir a la guerra y comienza a enumerar las diferentes embarcaciones de las que disponen para la batalla.

Canto 3: Los juramentos y Helena en la muralla

Los troyanos y los aqueos se juntan en la batalla. Paris reta a Menelao para un duelo singular. Mientras, Helena observa el combate, ya que ella es vista como recompensa para quien gane la batalla.

Cuando Menelao se encuentra a punto de matar a Paris, Afrodita, su protectora, aparece para salvarle la vida.

Canto 4: Violación de los juramentos y revista de las tropas

Los dioses están reunidos y Zeus quiere cesar el combate. Aunque, finalmente, deciden que la guerra debe continuar y Atenea baja a la tierra disfrazada e incita a Pándaro a disparar una flecha a Menelao.

La tregua cesa cuando Agamenón se entera de lo sucedido y decide alentar a sus tropas para continuar la batalla. Entonces, los dos ejércitos se enfrentan.

Canto 5: Principalía de Diomedes

Atenea aconseja a Diomedes y le transmite rabia y coraje para luchar en la batalla.

Por su parte, Pándaro hiere con una flecha a Diomedes, pero Atenea acude a su rescate y consigue recomponerlo. Después, le advierte que debe evitar atacar a otros dioses, a menos que se encuentre con Afrodita.

Finalmente, Diomedes ataca a Eneas, el hijo de Afrodita.

Canto 6: Héctor y Andrómaca

La guerra continúa sin la ayuda de los dioses, y los aqueos juegan con ventaja frente a los troyanos.

Heleno, principe de Troya, le pide a Héctor que viaje a Troya para ordenarle a su madre y a las mujeres troyanas que se dirijan al templo de la diosa Atenea y le hagan una ofrenda para que se apiade de ellos durante la guerra.

Entretanto, en el campo de batalla, Diomedes y Glauco se encuentran y realizan un intercambio de armaduras en señal de respeto.

Héctor insta a su hermano Paris para que luche en la batalla. Después, se encuentra con su esposa Andrómaca, la cual llora desconsolada, porque teme perder a su marido en la guerra.

Canto 7: Combate en la muralla

Héctor quiere enfrentarse a los aqueos y reta a duelo a uno de ellos. Áyax Telamonio es el elegido. La batalla transciende hasta el anochecer, cuando los combatientes se dan una tregua.

Por su parte, Néstor ordena a los aqueos construir una muralla para proteger su campamento y aprovecha para incinerar los cadáveres. Asimismo, los troyanos se plantean si deben entregar a Helena o no.

Canto 8: Batalla interrumpida

Zeus prohíbe a los dioses ayudar a los aqueos y troyanos en la guerra. Atenea se opone a su firme decisión y solicita que las deidades puedan aconsejar a los hombres durante la batalla, aunque no puedan intervenir.

Después, Zeus manda un rayo y los aqueos huyen. Sin embargo, Néstor no consigue escapar y uno de sus caballos muere.

Agamenón solicita la ayuda de Zeus y este beneficia a las tropas aqueas. Hera y Atenea bajan del Olimpo para ayudar a los griegos, pero Isis las frena.

Canto 9: Embajada a Aquiles

Agamenón convoca a los suyos y les propone retirarse de la guerra y regresar a casa. Diomedes critica su decisión y le advierte que él continuará luchando.

Después, Néstor le aconseja a Agamenón que se disculpe con Aquiles, y este promete que le devolverá a su mujer. Sin embargo, Aquiles está muy ofendido y no acepta su perdón.

Canto 10: Gesta de Dolón

Agamenón y Menelao deciden espiar el campamento troyano. Así, Diomedes y Odiseo son los encargados de llevar a cabo la misión.

Por su parte, Héctor también resuelve enviar a Dolón para vigilar a los aqueos. No obstante, este es interceptado por Diomedes y Odiseo, quienes lo interrogan para obtener información.

Diomedes y Odiseo descubren el plan de los troyanos y deciden asesinar a los soldados tracios y a su rey Reso, los cuales iban a ayudar a los troyanos en la guerra.

Canto 11: Gesta de Agamenón

La batalla comienza nuevamente. Agamenón participa y sobresale en ella matando a muchos troyanos.

Zeus advierte a Héctor que si consiguen herir a Agamenón, los troyanos saldrán victoriosos. De este modo, Agamenón cae herido y los troyanos toman las riendas de la batalla.

Entretanto, Aquiles, quien se niega a pelear, envía a Patroclo para que averigüe cómo se está desarrollando en combate.

Canto 12: Combate en la muralla

Los troyanos comienzan el ataque muy cerca de la muralla de los aqueos.

Héctor lanza una piedra y consigue atravesar la puerta de la muralla. De esta forma, abre paso a los troyanos, quienes entran al campamento rival, arrasando con todo a su paso.

Canto 13: Batalla junto a las naves

La batalla continúa. Poseidón asesora a los aqueos para que resistan a los ataques troyanos. Héctor continúa ganando el conflicto y avanza con ventaja.

Canto 14: Engaño de Zeus

Hera engaña a Zeus y lo deja somnoliento. Entretanto, Agamenón está a punto de rendirse nuevamente y Poseidón ayuda a los aqueos en la batalla.

Por su parte, Áyax ataca a Héctor, el cual queda herido y tiene que retirarse del combate. Después, los aqueos consiguen recuperar su avance.

Canto 15: Nueva ofensiva de las naves

Zeus se despierta y se enfada con Hera. Asimismo, le asegura que la batalla la ganarán los troyanos a menos que Aquiles regrese a la contienda.

De este modo, Zeus le da fuerzas a Héctor y a los troyanos, quienes consiguen llegar hasta las naves de los aqueos y logran elevar su posición en la batalla.

Canto 16: Gesta de Patroclo

Héctor quema las naves de los aqueos. Por su parte, Patroclo busca la ayuda de Aquiles y le pide sus armas para poder ayudar a los griegos.

Así, Patroclo llega a la batalla vestido con la armadura de Aquiles y consigue asustar a los troyanos, quienes lo confunden con él y huyen.

Después, Apolo ayuda a los troyanos y golpea a Patroclo por la espalda. Finalmente, este muere en manos de Héctor.

Canto 17: Gesta de Menelao

Los aqueos vengan la muerte de Patroclo y luchan. Por su parte, los troyanos quieren conseguir la armadura de Aquiles, la cual es hurtada por Héctor.

Finalmente, los aqueos consiguen llevarse el cuerpo de Patroclo a las naves.

Canto 18: Fabricación de las armas

Antíloco informa a Aquiles de la muerte de su amigo Patroclo. Después, Aquiles decide vengar su muerte y enfrentarse a Héctor.

Los troyanos se reúnen y deliberan cómo continuar en la batalla. Mientras algunos quieren protegerse tras los muros de Troya, Héctor pretende luchar en campo abierto.

Por otro lado, Tetis, madre de Aquiles, consigue una armadura nueva para su hijo por medio de Hefesto, dios del fuego.

Canto 19: Aquiles depone la ira

Aquiles se dispone a pelear con la nueva armadura que le ha proporcionado su madre. Pero antes, hace las paces con Agamenón, quien le devuelve a su esclava, Briseida, y algunos regalos más.

Canto 20: Combate de los dioses

Zeus descubre que Aquiles ha regresado a la batalla y permite que los dioses intervengan y ayuden al bando que prefieran.

Aquiles lucha en campo de batalla y va dejando muchos muertos a su paso. También encuentra a Eneas y lo ataca. Finalmente, Poseidón consigue salvar la vida de Eneas.

Canto 21: Batalla junto al río

Aquiles mata sin piedad a todos los troyanos que se cruzan en su camino.

Encamandro, el dios del río, se enfurece y le pide a Aquiles que deje de matar gente. Ante la negativa de Aquiles, el dios lo rodea con sus aguas y Hera acude a rescatarlo.

Asimismo, los dioses pelean entre ellos, unos en defensa de los troyanos y otros de los aqueos.

Por su parte, Príamo ordena abrir las puertas de la ciudad y Apolo consigue alejar a Aquiles de los muros de Troya.

Canto 22: Muerte de Héctor

Tiene lugar la batalla entre Héctor y Aquiles alrededor de las murallas de la ciudad. Aquiles ataca a Héctor y este intenta huir.

En un duelo final, Héctor es asesinado por Aquiles, quien después ata su cadáver a un carro de combate y recorre con él la ciudad.

Canto 23: Juegos en Honor a Patroclo

Los aqueos celebran un funeral en honor a Patroclo. Durante el acto, el difunto se aparece a su amigo Aquiles y le pide que entierre su cuerpo para poder descansar en la tierra de los muertos. Finalmente, tienen lugar unos juegos en su honor: carrera de carros, lucha libre, lanzamiento de peso, entre otros.

Canto 24: Rescate de Héctor

Príamo se dirige al campamento de Aquiles y le pide que devuelva el cuerpo de Héctor a los troyanos.

Entonces, ambos se lamentan por sus respectivas pérdidas y Aquiles entrega el cuerpo de Héctor. Asimismo, acepta una tregua de once días para celebrar el funeral de Héctor, después de la cual aqueos y troyanos volverían a pelear.

Finalmente, el cuerpo de Héctor llega a Troya, donde se celebra un funeral en su honor.

Análisis de La Ilíada

Estructura

Es un poema dividido en 24 cantos con 15.693 versos hexámetros, forma métrica propia de la literatura clásica griega y latina.

Diario de Ana Frank

Ana recibe el 12 de junio de 1942 un diario para su décimotercer cumpleaños. Es algo que ella realmente anhelaba tener.  Sus padres dejan que ella misma lo escoja en una librería.

Video Resumen de la Obra el Diario de Ana Frank

El libro comienza en el decimotercer cumpleaños de Ana, el 12 de junio de 1942. Recibe como regalo de sus padres un diario, entre otras cosas. Ella lo piensa durante varios días y luego decide escribir cartas como entradas en su diario, que van dirigidas a Kitty. Ella es una amiga inventada, alguien a quien Ana puede exponer sus sentimientos más profundos.

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La familia de Anne ha emigrado a Holanda desde Alemania por dos razones, la primera es que el Sr. Frank obtiene un trabajo allí y la segunda es alejarse del Partido Nazi. Los nazis están haciendo la vida muy restrictiva para el pueblo judío en Alemania.

A pesar de que han abandonado Alemania, las restricciones judías del Partido Nazi todavía existen en Holanda. Todos deben llevar una estrella amarilla en su ropa, asistir solo a escuelas judías, comprar en tiendas judías y otras restricciones.

La familia siente el impacto total de las restricciones y los horrores del Partido Nazi el día que llaman a la hermana de Ana, Margot. Esto significa que la llevarán a un campo de concentración. La familia sabía que algún día tendrían que esconderse y habían estado haciendo los preparativos para la mudanza, esto simplemente adelantó cuándo irían.

El 9 de julio de 1942, la familia Frank se mudó al edificio que albergaba el negocio que empleaba al Sr. Frank. Las habitaciones estaban por encima del piso del almacén y Ana se refirió a ellas como el “Anexo secreto”. La familia se unió unos días después con la familia Van Daan. Esta familia estaba compuesta por el Sr. y la Sra. Van Daan y su hijo Peter, que era un poco mayor que Anne.

Estas dos familias tratan de llevarse bien lo mejor que pueden, por supuesto, no todos están contentos con la situación. Ana siente que todo lo que hace es forraje para que los adultos lo utilicen para criticarla.

El grupo también decide hacer espacio para un octavo miembro, el Sr. Dussel. Es dentista y esposa está en Estados Unidos. Lo recomienda Miep, una joven que trabajaba para el Sr. Frank. Hay varias personas que ayudan a las familias a sobrevivir en el “Anexo secreto”, entre ellas Miep y su esposo Henk, Elli y el Sr. Koophuis.

La autora y su madre no se llevan bien en absoluto. También siente que no puede comportarse de una manera que complazca a cualquiera de los adultos. Su situación con su madre llega a un punto crítico una noche cuando la Sra. Frank le pregunta a Ana si ella, en lugar del Sr. Frank, puede decir las oraciones de Ana. Rechaza la petición de su madre y su madre le dice a Ana que intentará no obligarla a amarla.

La guerra está afectando a todos. Las personas que ayudan a las familias en el “Anexo secreto” se están enfermando. Este es un problema doble porque son una extensión de las familias en el Anexo, por lo que el grupo está preocupado por el bienestar de sus ayudantes. Otra parte de esto es que si los ayudantes están enfermos, entonces las familias no pueden recibir alimentos y otras necesidades para sobrevivir.

El 10 de septiembre de 1943, Ana registra en su diario la caída de Italia. Esto trae alegría a quienes viven en Holanda y en el mundo. Esto significa que la guerra se acerca cada vez más a su fin.

Los Van Daan no tienen dinero; su única esperanza es vender algo de su ropa. El problema es que la Sra. Van Daan no quiere vender su preciado abrigo de piel. El abrigo podría aportar una infusión de efectivo muy necesario para la familia, pero ella quiere conservarlo. El Sr. Van Daan la convence de venderlo para que la familia pueda tener dinero para comprar alimentos y otras necesidades.

A medida que la guerra continúa y Ana descubre cómo se envía cada vez más judíos a los campos de concentración, tiene dificultades para manejar sus emociones. Ella está muy feliz de estar segura y libre de tener que ir a un campo de concentración.

Pero también se siente culpable por esto, ya que sabe que sus amigos no tienen el mismo sentimiento de seguridad. La charla de invasión por parte de los ingleses también causa ansiedad a todos. No saben lo que les sucederá si los ingleses invaden. ¿Intentarán los alemanes inundar la ciudad poniendo en peligro la vida de todos los presentes?

Ana también necesita un confidente, por lo que elige a Peter Van Daan para que sea esa persona. Ella elige a Peter porque él está callado y siente que él guardará sus secretos. Esta relación se complica a medida que sus sentimientos por Peter varían entre amigos y novios.

Finalmente, el 6 de junio de 1944 se produce la invasión. La invasión del día D es una fuente de gran alegría para todos en la Europa ocupada. Los miembros que viven en el “Anexo secreto” esperan poder partir en octubre de 1944.

La entrada final en el diario de Anne es sobre los seres que siente que viven en ella, el ser externo que es alegre y extrovertido y el ser interno que trata de ser más serio y convertirse en una mejor persona.

Este diario muestra el aislamiento de los que viven en el “Anexo secreto”. También explora los sentimientos de una niña cuando comienza a madurar. Nos queda la sensación de conocer realmente a estas personas, lo que hace que su destino sea aún más difícil de aceptar.

La Odisea – Homero

La odisea es un poema épico que cuenta las aventuras de Odiseo, también conocido como Ulises, en su viaje de regreso a su patria, Ítaca. La historia comienza cuando finaliza la guerra de Troya, narrada en la Ilíada, hasta el momento en que finalmente vuelve a su hogar, muchos años después.

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La autoría de esta obra, escrita en griego antiguo, se atribuye a Homero, poeta que vivió en la región de Jonia, actual Turquía, durante el siglo VIII a. de C.

Según sabemos, La odisea, así como la Ilíada, eran parte de la tradición oral antigua, y eran cantadas de pueblo en pueblo por los rapsodas, hasta que en el siglo VI a. de C., Pisístrato, gobernador de Atenas, decidió recopilar los poemas homéricos. A partir de este momento, quedaron fijados como registro escrito.

La versión más antigua conocida de La odisea es la de Aristarco de Samotracia, que data del siglo II a. de C.

Resumen de La odisea

Este poema está estructurado en 24 cantos y se suele dividir en tres partes: la telemaquia, el regreso de Odiseo y la venganza de Odiseo.

La telemaquia

Integra los primeros cantos de La odisea, concretamente del primero al cuarto, donde se narra la historia de Telémaco, cuando decide partir desde su hogar en busca de su padre.

Canto 1: Los dioses deciden en asamblea el retorno de Odiseo

Homero, el narrador, pide a la Musa que relate lo sucedido a Odiseo después de arrasar con la ciudad de Troya.

Los dioses se reunen en asamblea y Atenea es partidaria de que Ulises retorne a su hogar, ya que lleva ocho años cautivo en la isla de la ninfa Calipso. Entonces, la propia Atenea, bajo la imagen de Mentor, aconseja a Telémaco, hijo de Odiseo y Penélope, iniciar la búsqueda para hallar a su padre.

Canto 2: Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Ítaca

El hijo de Odiseo trata de solventar la situación acaecida en los alrededores de palacio, donde un multitudinario grupo de hombres buscan pretender a su madre, Penélope. Entonces, el joven reúne en asamblea al pueblo para expulsar a los pretendientes. Después de este hecho, se dirige hacia Pilos tras la pista de su padre.

Canto 3: Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre

Una vez que Telémaco llega a Pilos, Néstor le manifiesta que no tiene noticias sobre su padre. Conoce el retorno de otros héroes a sus hogares desde Troya. Asimismo, Néstor le propone a Telémaco viajar a Esparta para que le pregunte a Menelao, quien acaba de concluir diferentes viajes.

Canto 4: Telémaco viaja a Esparta para informarse sobre su padre

El hijo de Odiseo llega a Esparta. Allí, Menelao le confirma que su padre ha sido raptado por Calipso y ha estado retenido en su isla durante años.

El regreso de Odiseo

Comprende desde el canto cinco al doce, donde se cuentan las aventuras y desventuras de Odiseo en su viaje de vuelta a Ítaca.

Canto 5: Odiseo llega a Esqueria de los feacios

Zeus da órdenes a Calipso para que deje marchar a Odiseo durante una asamblea de los dioses. Sin embargo, al emprender el viaje, Odiseo se topa con la furia de Poseidón, dios del mar que se encuentra enojado con Ulises, pues este dejó ciego a Polifemo, un gigante monstruoso, que es su hijo predilecto.

Canto 6: Odiseo y Nausícaa

Odiseo encuentra auxilio en Nausícaa, hija de Alcínoo, a quien Odiseo relatará sus aventuras desde que partiera de Troya, camino a su patria Ítaca, hace casi diez años.

Canto 7: Odiseo en el Palacio de Alcínoo

Odiseo es conducido ante el rey Alcínoo. Entonces, relata lo sucedido con los cicones y los lotófagos, le refiere su problema con Polifemo, a quien dejó ciego para escapar con vida de su cueva, con el infortunio de tener que cargar con su maldición y con la ira de Poseidón. Luego, le refiere su encuentro con Circe y su viaje al Averno, el episodio con el canto de las sirenas en alta mar, entre otras múltiples aventuras. Alcínoo, quien ha escuchado el relato de Odiseo con gran atención, promete ayudarlo en su regreso a casa.

Canto 8: Odiseo agasajado por los feacios

Alcínoo organiza una fiesta en honor a Odiseo, su invitado. En ella tienen lugar diferentes juegos y, Aedo Demódoco, uno de los presentes, relata una historia en relación a la guerra de Troya. Entonces, Odiseo no puede contener sus lágrimas.

Canto 9: Odiseo cuenta sus aventuras

Odiseo narra su aventura desde el final de la guerra hasta su desventura en la isla de Calipso. Asimismo, cuenta su experiencia en la nación latófaga, donde tres de sus compañeros comieron loto y no querían regresar. Después, relata su hazaña en la isla de los cíclopes.

Canto 10: La isla de Eolo

Eolo de Hipótada le entrega una bolsa con poderosos vientos del oeste capaces de conducirlo a cualquier destino.

Un día, mientras Odiseo duerme, uno de sus hombres decide ver qué contenía la bolsa. Entonces, los vientos son expulsados y se origina una fuerte tormenta. Después de seis días navegando, la tripulación consigue llegar al la isla de los Lestrigones, donde unos gigantes se devoran a algunos integrantes del equipo.

Finalmente, Odiseo llega a la isla de Circe, a quien le pidió ayuda para regresar a su casa. Entonces, esta le advirtió que si quería volver a su hogar, tenía que bajar al inframundo.

Canto 11: Descenso a los infiernos

Odiseo desciende a la puerta del infierno, donde invoca a los espíritus de los muertos. Entonces, aparece Elpénor, quien le pide a Ulises que entierre su cuerpo. Después, el protagonista consulta al adivino Tiresias, quien vaticina un complicado viaje de regreso a Ítaca. Por otro lado, Anticlea, la madre de Ulises, muere esperando a su hijo.

Canto 12: Las sirenas Escila y Caribdis. La isla del sol. Ogigia

Este canto narra cómo Odiseo y sus hombres logran escapar de las voces de las sirenas gracias a la ayuda de Circe. Por otro lado, cuando llegan a la isla del sol, los compañeros de viaje de Ulises no hacen caso a los consejos de Circe e ingieren vacas prohibidas del ganado de Helios. Entonces, Zeus lanza un rayo que provoca la destrucción de la nave. Todos los hombres mueren, a excepción de Odiseo.

La venganza de Odiseo

La tercera parte está conformada desde el canto trece al veinticuatro. En ellos se relata el regreso de Odiseo a su tierra, así como la gestación y posterior ejecución de la venganza del protagonista a los pretendientes de su esposa. También, el reencuentro de Odiseo con su familia.

Canto 13: Los feacios despiden a Odiseo. Llegada a Ítaca

Tras terminar su discurso en el palacio de Alcínoo, Odiseo llega a la isla de Ítaca, su patria, donde aparece disfrazado de vagabundo con el fin de pasar desapercibido.

Canto 14: Odiseo en la majada de Eumeo

Odiseo acude con Eumeo, su fiel criado. Va disfrazado para no ser reconocido. Entonces, se entera de la situación actual en su patria y, junto con Atenea, prepara la venganza contra los pretendientes de Penélope.

Canto 15: Telémaco regresa a Ítaca

Telémaco se encuentra muy lejos de su patria siguiendo la pista de su padre. Atenea le indica, mediante un sueño, que debe regresar inmediatamente a su hogar. Asimismo, la diosa advierte al joven que ande con cuidado, ya que los pretendientes de su madre quieren tenderle una trampa para matarlo.

Canto 16: Telémaco reconoce a Odiseo

Telémaco llega a Ítaca, después de esquivar a los pretendientes de su madre. Entonces, se dirige a casa de Eumeo, donde reconoce con gran alegría a su progenitor. Después, padre e hijo planean la venganza contra los pretendientes.

Canto 17: Odiseo mendiga entre los pretendientes

Odiseo regresa a su casa, donde solo es reconocido por su viejo perro, el cual muere ante su presencia. Allí, finge que es un vagabundo entre los pretendientes de su esposa, a quienes les pide comida.

Canto 18: Los pretendientes vejan a Odiseo

Un mendigo llamado Iron reta a Odiseo a una pelea. Cuando tiene lugar el enfrentamiento, Odiseo gana. Por otro lado, los pretendientes de Penélope se burlan de él.

Canto 19: La esclava Euriclea reconoce a Odiseo

Euricle, la criada del palacio, descubre la verdadera identidad del mendigo cuando lo ayuda a lavarse los pies y reconoce una de sus cicatrices. Después, promete guardar el secreto.

Canto 20: La última cena de los pretendientes

Odiseo trata de conciliar el sueño mientras piensa cómo puede matar a los pretendientes. De repente, Atenea aparece para calmarlo y dormirlo. Al mismo tiempo, Penélope tampoco puede dormir y suplica su muerte.

Después, tiene lugar la cena de los pretendientes, a la que, a pesar de la negativa del resto, también asiste Odiseo a petición de Telémaco. Asimismo, un profeta advierte a Telémaco que pronto los muros se mancharán de sangre.

Canto 21: El certamen del arco

Penélope propone a sus pretendientes una prueba cuya recompensa es contraer matrimonio con ella. Para ello, sus seguidores deben disparar una flecha que logre pasar por los ojos de 12 hachas enfiladas. Uno a uno, los pretendientes lo intentan sin éxito. Sin embargo, Odiseo, quien insiste en participar en la prueba, consigue superar el reto.

Canto 22: La venganza

Odiseo lleva a cabo su plan y tiene lugar la disputa contra los pretendientes de su esposa. Así, lanza una flecha y mata a Antínoo. Después, continua asesinado sin piedad a todos los hombres allí presentes.

Canto 23: Penélope reconoce a Odiseo

Una vez terminada la sangrienta lucha con los pretendientes, Odiseo se presenta ante Penélope. Al principio, ella no lo reconoce ya que piensa que está muerto y su aspecto había cambiado con el paso de los años. Después, la mujer se convence y abraza a su esposo.

Canto 24: El Pacto

Todas las almas van a parar al inframundo guiadas por Hades. Allí , Aquiles y Agamenon se percatan de lo ocurrido.

Por otro lado, Odiseo se reencuentra con su padre Laertes, quien apenas lo puede reconocer. Asimismo, los familiares de los pretendientes difuntos buscan venganza. Entonces, tiene lugar una batalla en la que Laertes mata al padre de Atinoo. Finalmente, la disputa cesa gracias a la intervención de la diosa Atenea que propone un acuerdo de paz.

Análisis de La odisea

Técnica in media res

En La odisea se emplea este procedimiento literario, que consiste en iniciar la narración a mitad de la historia. Es decir, este poema arranca cuando la mayoría de los acontecimientos ya han ocurrido o se encuentran en evolución.

Después, el relato retrocede y se pasa a explicar el inicio de la historia, donde aparecen acontecimientos como la salida de Troya o la isla de los latófagos, entre otros.

Temas que trata La odisea

Motivo del viaje

Esta obra está inspirada por el motivo del viaje, tema tradicional de la literatura occidental, en el que el héroe se enfrenta a mil peligros, de los cuales sale fortalecido y transformado, con un conocimiento más profundo del alma humana, para finalmente lograr su objetivo, que, en este caso, es el deseo de Odiseo de volver a estar con los suyos.

Amor incondicional

También se ha solido leer en La odisea una profunda historia de amor, en la que Odiseo y Penélope, separados durante veinte años por las guerras y las desventuras, tendrán que superar las tentaciones a las que son expuestos para estar juntos nuevamente. En este sentido, es también una historia sobre la importancia de la fidelidad.

Valor de la familia

Asimismo, en La odisea existe la historia de la búsqueda de Telémaco de su padre, a quien prácticamente no conoce, pero en cuya vuelta confía, para poder recuperar el honor familiar y expulsar a los pretendientes que consumen su patrimonio. Asimismo, es una historia sobre el amor filial y la importancia de los vínculos familiares para darle sentido a nuestras vidas.

La patria y el hogar

El objetivo principal del protagonista es regresar a Ítaca, su lugar de origen. Allí se encuentra su familia, a la que no ve desde que se marchó a la guerra de Troya.

De este modo, durante el viaje de vuelta a casa experimenta la soledad. Este sentimiento lo lleva a extrañar continuamente su hogar y llegar hasta allí se convierte en una necesidad.

La venganza

Este tema aparece claramente reflejado en la historia de los pretendientes de Penélope. La mujer vive acosada desde que su marido se marchó de Ítaca. Sin embargo, a su regreso, Odiseo descubre que los cortejadores de su esposa pretenden sustituirlo y tomar el control de sus riquezas. Entonces, el protagonista decide tomar represalias y planea una cruel venganza que supone el asesinato de todos ellos.

La omnipotencia de los dioses

En La odisea, al igual que en la Ilíada, el devenir de los humanos es voluntad de los dioses. En este caso, la diosa Atenea cobra especial importancia en el poema. Ella controla los movimientos de Ulises y le alerta de los posibles peligros que puede correr durante su viaje. Asimismo, Zeus es quien decide marcar el final de la disputa entre Ulises y los familiares de los pretendientes de su esposa.

Personajes de La odisea

Odiseo

Odiseo o Ulises es un personaje que aparece tanto en la Ilíada como en La odisea de Homero. En el segundo poema aparece como protagonista.

Es el hijo de Leartes y Anticlea. Asimismo, es el rey de Ítaca y el esposo de Penélope, con la cual tiene un hijo llamado Telémaco.

Entre sus características principales cabe destacar su ingenio y su destreza como buen guerrero. Su presencia en la guerra de Troya es decisiva, ya que idea el plan del Caballo de Troya.

Tras marcharse de su patria para participar en la guerra, regresa veinte años después. Para ello, tiene que hacer un viaje lleno de aventuras. A su vuelta, encuentra a su hijo y a su mujer Penélope asediados por los pretendientes. Entonces, Ulises decide vengar esta afrenta.

Penélope

Es la esposa de Odiseo. Homero la describe como una mujer hermosa y fiel. Durante veinte años no pierde la esperanza de volver a ver a su marido con vida.

Tiene innumerables pretendientes que quieren sustituir a Odiseo, aunque ella no está de acuerdo y teje un sudario con la promesa de que, cuando lo acabe, tomará una decisión. Sin embargo, durante las noches desteje lo hecho durante el día.

Telémaco

Es el hijo de Odiseo y Penélope. Harto de los pretendientes que consumen y deterioran el patrimonio de su padre, marcha de Ítaca en su búsqueda, alentado por su madre.

Carece de la valentía y la experiencia de su padre para enfrentar la adversidad al principio del poema. Sin embargo, hacia el final, cuando Odiseo regresa, Telémaco lo ayuda a urdir su venganza contra los pretendientes, por lo que demuestra una actitud más fuerte.

Circe

Es una maga, hermosa y sabia. Ofrece hospedaje a Odiseo y a los suyos. Los deleita y agasaja. Advierte a Odiseo de los peligros en su viaje de regreso a Ítaca.

Poseidón

Es el dios del mar, también conocido como Neptuno. Odiseo deja ciego a su hijo, Polifemo, por lo cual se desata la ira del dios del océano, que dificulta grandemente el viaje de regreso a su patria.

Polifemo

Hijo de Poseidón. Es un gigante terrible y muy fuerte que posee un solo ojo. Odiseo y sus hombres tienen que enfrentarse a él y provocan su ceguera cuando tratan de escapar de la cueva para evitar ser asesinados. Entonces, Polifemo maldice a Odiseo, lo que desata la ira de su padre, quien hace del viaje de vuelta a Ítaca una aventura llena de adversidades.

Calipso

Es una ninfa de gran belleza, que hospeda a Odiseo durante un largo tiempo. Le ofrece la inmortalidad a cambio de que se quede con ella, sin embargo, este extraña a Penélope y decide seguir su camino a Ítaca.

Atenea

Es la diosa de la sabiduría. En La odisea su papel principal es la de proteger a Odiseo y ayudarle a volver a su patria.

Sobre Homero

Homero

Homero es el nombre con que se conoce al autor al que tradicionalmente se atribuyen obras como la Ilíada y La odisea. Se cree que vivió en el siglo VIII a. de C. en Jonia, región de influencia cultural griega que actualmente se encuentra en territorio turco.

Las obras de Homero son consideradas la base de toda la literatura occidental. Hasta la actualidad pervive el debate sobre la existencia real de Homero. Algunos sostienen que pudo tratarse no de un autor, sino de un conjunto de poetas orales que cantaban poemas tradicionales. A este debate se le conoce como “la cuestión homérica”.

Revisado por Catalina Arancibia Durán   Escrito por Fabián Coelho

Cuentos de Amor locura y muerte «El almohadón de Plumas»

Este libro tiene una variedad de cuentos que dependiendo de la edición, se va desde quince o dieciocho cuentos encontrara en esta sección el cuento completo del Almohadón de Plumas seguido del Ebook y audio libro

Link al Ebook Completo https://mep.janium.net/janium/Documentos/249250.pdf

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El almohadón de plumas Cuento completo
(Cuentos de amor, de locura y de muerte, (1917)

Audio Libro

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
         Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
         La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
         En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
         No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
         Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
         —No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada.. . Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
         Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pesos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
         Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
         —¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
         Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
         —¡Soy yo, Alicia, soy yo!
         Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
         Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
         Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
         —Pst… —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… poco hay que hacer…
         —¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
         Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
         Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
         Murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
         —¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
         Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
         —Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
         —Levántelo a la luz —le dijo Jordán.
         La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
         —¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca.
         —Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
         Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandos: —sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
         Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin dada su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
         Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.

Fin

Los ojos sombríos: tiene la influencia del novelista francés  Maupassant, pues en el cuento se relata la historia de una mujer enamorada que se suicida por no tener a su amor correspondido.

Una estación de amor: Es una historia de amor en carnaval, donde Octavio se enamora de Libia, ella tiene una familia problemática, por lo menos la madre es una adicta a la morfina y su padre habla del poco amor que tiene a su esposa.

El solitario: es un sujeto con una vida precaria que forja solitarios (joyas), por su vida pobre no le puede ofrecer todo lo que desea su esposa, y esta se hurta una gema preciosa por merecerla.

La muerte de Isolda: Es sobre como una pareja termina su relación, el hombre termina a su novia por no tener sentimientos hacia ella, pero al verla sufrir cree volverla a amar.

El infierno artificial: El cuento trata sobre la adicción a drogas, haciendo que el personaje hable con cadáveres drogadictos. Después de disfrutar estos cuentos puedes continuar con 1984 de George Orwell

La gallina degollada: de Cuentos de amor de locura y de muerte, es el cuento más popular del autor, se trata de locura y muerte. Se trata de una familia de cinco hijos todos varones excepto la ultima que es una niña. Los hermanos se vuelven tontos por unas convulsiones que han tenido.

“Hubo que arrancar del limbo de la más honda animalidad no ya sus almas, sino el instinto mismo, abolido. No sabían deglutir, cambiar de sitio, ni aun sentarse. Aprendieron al fin a caminar, pero chocaban contra todo, por no darse cuenta de los obstáculos. Cuando los lavaban mugían hasta inyectarse de sangre el rostro. Animábanse sólo al comer o cuando veían colores brillantes u oían truenos. Se reían entonces, echando fuera lengua y ríos de baba, radiantes de frenesí bestial. Tenían, en cambio, cierta facultad imitativa…” (La gallina degollada)

Los buques suicidantes: El cuento trata de que un marinero encuentra un buque que estaba desaparecido, pero llego una nueva tripulación y todos los que estaban fueron lanzados uno a uno al mar sin explicación.

El perro rabioso: Un hombre que fue atacado por perros con rabia y pronto de la la enfermedad.

A la deriva: El cuento trata de un hombre que pisa una culebra venenosa, busca la cura pero en eso muere. Otra historia interesante es Diles que no me maten

La insolación: entre los Cuentos de amor de locura y de muerte, este habla de animales que interactuan, el cual están los perros viejos y los nuevos, uno de los nuevos tiene una visión con su amo, luego lo ataca y este muere.

Los cuentos de amor de locura y de muerte, también tiene El alambre de púas, Los mensú, Yaguai, Los pescadores de vigas, La miel silvestre, Nuestro primer cigarro, y  La meningitis y su sombra.

“Y con las narices dilatadas de gula, los caballos se acercaron al alambrado. ¡Sí, pasto fino, pasto admirable! ¡Y entrarían ellos, los caballos libres! Hay que advertir que el alazán y el Malacara poseían desde esa madrugada alta idea de sí mismos. Ni tranquera, ni alambrado, ni monte, ni desmonte, nada era para ellos obstáculo. Habían visto cosas extraordinarias, salvado dificultades no creíbles y se sentían gordos, orgullosos y facultados para tomar la decisión más estrafalaria que ocurrírseles pudiera” (El alambre de púas).

Horacio Quiroa siempre estuvo rodeado de la muerte, y por lo tanto se cree que es protagonista de sus propios cuentos. En sus cuentos se puede observar como sus personajes siempre sufren, ya sea por cosas que podrían resultar pequeñas como por  cosas de mayor magnitud. En sus cuentos hay diversos temas, también hay animales, que razonan como humanos, enfermedades, adicción a las drogas, etc.

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Pedro Páramo de Juan Rulfo

El relato comienza cuando Juan Preciado decide ir en busca de su padre, Pedro Páramo, al pueblo de Comala. Este viaje representaba el cumplimiento de la promesa hecha a su madre, Dolores Preciado, en su lecho de muerte.

Juan Preciado en Comala

Cuando Juan Preciado llega a Comala, descubre que su padre está muerto y, junto a él, ha muerto prácticamente todo el pueblo, evidencia de que ya no queda nada de la Comala vivaz que su madre tanto añoraba

Es recibido primero por el espíritu de Abundio, quien lo conduce a los espíritus de Eduviges Dyada y Damiana Cisneros. Por medio de las narraciones de los difuntos, Juan reconstruye la historia de su padre.

Pedro Páramo se enamora de Susana

Pedro Páramo era hijo de Lucas Páramo. Desde niño se había enamorado de Susana, hija de Bartolomé San Juan. Sin embargo, Susana se casó con Florencio y, cuando este murió, comenzó a perder la lucidez. Nada de esto le importaba a Pedro, sino tener a Susana, a lo cual se oponía firmemente don Bartolomé.

Tras la conquista del poder y de Susana

A la muerte de su padre de Pedro, el joven heredó la hacienda Media Luna. Desde entonces, empeñó toda su vida en conquistar el poder en Comala, valiéndose de fraudes, asesinatos, violaciones y chantajes. Su motivación oculta era recuperar a Susana.

Actividad Test

A fin de hacerse fortuna, Pedro se casó en comunión de bienes con Dolores Preciado, de cuyas propiedades se apoderó. Tan pronto Dolores vio que Pedro Páramo se convertía en un tirano, lo abandonó para siempre junto a su hijo, Juan Preciado.

Consolidación del poder de Pedro Páramo

Pedro Páramo reconoció y se ocupó de su hijo ilegítimo Miguel Páramo, un joven corrupto, asesino y violador, que murió a caballo tras saltar unos linderos que su padre había levantado. Pedro Páramo sobornó al padre Rentería para que le diera la absolución, a sabiendas de que la familia del sacerdote había sido blanco de los crímenes de Miguel.

Asesinato de Bartolomé San Juan

En vista de que el poder atesorado no intimidaba a Bartolomé San Juan, Pedro Páramo decidió mandarlo a matar, sin advertir que con ello precipitaba la locura definitiva de Susana. Pedro se la llevó a Media Luna y se ocupó devotamente de ella desde entonces, pero nunca pudo cristalizar su amor.

La revolución en Comala

Al llegar los revolucionarios al pueblo, el cacique determina que la mejor forma de sobrevivir es colaborar con ellos. Les ofrece más dinero que el que piden y pone trescientos hombres a su disposición.

La muerte de Susana

Entre tanto, la salud de Susana empeoraba. El día de su muerte, el pueblo llevaba a cabo una gran fiesta, en lugar de guardar luto por la pérdida que afligía al proveedor de todos sus bienes. Indignado, Pedro Páramo decidió vengarse del pueblo, “cruzando los brazos” hasta que Comala muriera de abandono y hambre junto a su patriarca.

La muerte de Pedro Páramo

Como golpe final, Pedro Páramo es apuñaleado por Abundio Martínez, su hijo ilegítimo, quien se había acercado a él bajo los efectos del alcohol solo con la intención de pedirle dinero para el funeral de su esposa recién fallecida, Damiana.

La muerte de Juan Preciado

Tras esta experiencia misteriosa, Juan es hospedado por los aún vivos Donis y su hermana Dorotea, sometida por este a una relación incestuosa. Los murmullos de las almas penitentes de Comala agobian a Juan Preciado de tal manera, que muere de pavor en el medio de la calle. Al morir Dorotea, ambos son enterrados en la misma fosa, desde donde Juan cuenta su historia.

Personajes principales

Juan Preciado: protagonista. Se dirige a Comala en busca de su padre.

Dolores Preciado: primera esposa de Pedro Páramo y madre de Juan Preciado.

Pedro Páramo: cacique de Comala, propietario de la hacienda Media Luna

Lucas Páramo: padre de Pedro Páramo. Piensa en su hijo como un holgazán.

Miguel Páramo: hijo ilegítimo pero reconocido de Pedro Páramo. Tiene conductas criminales.

Susana San Juan: amiga de infancia y segunda esposa de Pedro Páramo. Comienza a perder la razón con la muerte de su primer marido y luego de su padre.

Bartolomé San Juan: padre de Susana San Juan.

Justina Diez: cuidadora de Susana San Juan durante su estancia en la hacienda Media Luna.

Fulgor Sedano: capataz de la hacienda Media Luna. Aliado de Pedro Páramo. Muere asesinado por los revolucionarios.

Gerardo Trujillo: abogado de Pedro Páramo. Espera obtener de él una compensación económica por todos los encubrimientos del pasado.

Abundio Martínez: arriero, hijo ilegítimo y no reconocido de Pedro Páramo.

Refugio: mujer de Abundio Martínez.

Eduviges Dyada: hospedera de Comala, antigua amiga de Dolores Preciado. Recibe a Juan Preciado.

Damiana Cisneros: cocinera de la hacienda Media Luna.

Padre Rentería: párroco de Comala que se deja manipular y usar por los ricos y poderosos, especialmente por Pedro Páramo.

Ana Rentería: sobrina del padre Rentería. Víctima de una violación perpetrada por Miguel Páramo.

Donis: habitante de Comala que vive en incesto con su hermana Dorotea, y la mantiene cautiva en su propia casa.

Dorotea: hermana y mujer de Donis. Responsable de conseguirle mujeres al criminal Miguel Páramo.

Tartamudo: mensajero que informa a Pedro Páramo sobre el asesinato de Fulgor Sedano.

Revolucionarios: campesinos sublevados contra el orden político y económico. Destacan Perseverancio y Casildo.

Damasio, el Tilcuate: ayudante de Pedro Páramo, infiltrado entre los revolucionarios para controlarlos.

Caciquismo y tiranía

La historia de Pedro Páramo resulta para nosotros la imagen metafórica del dilema universal del ordenamiento patriarcal. Al mismo tiempo, es la imagen historizada de un pueblo transido por el caciquismo, el autoritarismo, la violencia, la arbitrariedad, la complicidad con el poder y la superstición, y que está condenado a su destrucción.

El personaje de Pedro Páramo es el arquetipo del tirano que concentra el poder y los medios para controlar el destino colectivo a su servicio. Incluso, pretende controlar el orden del más allá, es decir, del trasmundo, por medio de sus relaciones intimidantes con la Iglesia.

Pero el cacique es también un hombre y no más que un hombre desamado, cuyo poder resulta inútil para alcanzar la trascendencia. No la logra por medio del amor de Susana ni tampoco de la memoria colectiva. Su violencia descarnada borra a Comala y, con Comala, Pedro Páramo es borrado.

Trascendencia y olvido

La autarquía de Pedro es, de alguna manera, un orden autofágico, destinado a comerse a sí mismo. No parece un asunto casual que sea uno de sus hijos el portador de su muerte. Pedro Páramo consume todo a su paso incluso después de morir.

Pedro es un progenitor y un proveedor, pero no es un padre en el sentido entrañable del término. Sus hijos no pueden, por lo tanto, ni ser hijos ni ser hermanos. Son espectros, sombras de su padre, que compiten con él (Miguel), que resienten de él (Abundio), que le cobran a él (Juan).

Como un Saturno que devora a sus hijos, Juan Preciado es devorado por el universo de su padre, que es la negación de toda humanidad, de toda libertad, de toda trascendencia. Como la arquetípica Sara del Antiguo Testamento, Juan se pierde a sí mismo cuando voltea a ver un pasado yermo sin nada que ofrecer.

La revolución como precipitación del fin

Quizá la novela Pedro Páramo represente la muerte simbólica del orden filicida que sacrifica a los hijos para que el autoritarismo domine.

Después de todo, la revolución que avanza sobre Comala tampoco tiene la fuerza para transformar las cosas, apenas para acelerar su destrucción. No la tiene porque adolece de sustancia.